Diseño e impresión; ¡Urge para ayer!

Las urgencias o prisas hoy en día son la condicionante ante la mayoría de los trabajos de diseño gráfico para impresión, al menos en los mercados más saturados y marginados por ejemplo; en la micro, pequeña y mediana empresa.

Podemos traducir esto como la constante de oferta y demanda que por lo general toma el camino corto de lo más rápido y lo más barato.

Dependiendo del tipo de mercado pocas veces se pone sobre la balanza el factor costo-beneficio, situación que pone en juego diversos aspectos que afectan tanto al diseñador gráfico, como al cliente.

Cómo sabemos los dedicados al diseño, todo trabajo de diseño, destinado a impresión, se realiza en dos etapas fundamentales:

1.- El Desarrollo.

Esta primer etapa se subdivide en tres fases; planeación, desarrollo y revisión (sus detalles los dejaremos para otro post). El principal costo que requiere como inversión es el tiempo, sin este importantísimo factor no se puede tener resultados garantizados como satisfactorios o de alta calidad en ningún sentido porque siempre habrá un detalle que No pasará por desapercibido.

2.- La Producción.

Este es el proceso en el que se procede a la materialización de la idea inicial, si la fase anterior concluyó correctamente, esta fase debe concluir de igual manera, si no fué así, será necesario reinvertir los recursos que se pensó se ahorrarían al tomar el camino más corto.

Si no se toman en cuenta los puntos anteriores muy probablemente el resultado final será de calidad regular, a destiempo, entre otros. Por experiencia puedo decir que el factor de error en este tipo de trabajos es alto, rara vez (y las hay) que todo sale a la bien.

Pero la idea es usar ocasionalmente estos casos y no volverlos rutina, puedo agregar que los procesos de producción requieren sus tiempos y que incluso aumentando la velocidad en ciertas máquinas procesadoras de impresión, disminuye la calidad, es por ello que algunas máquinas del ramo se destacan por alcanzar mayores velocidades, sosteniendo la calidad.

Lo mejor será:

Para clientes.

Planear con tiempo sus proyectos de imagen, publicidad o mercadeo (marketing), así como analizar las diversas opciones de desarrollo que mantengan el equilibrio entre costo y calidad.

Además de darle la real importancia que tiene la imagen o marca de la empresa ante su público y posibles clientes.

Para diseñadores.

Calcular los tiempos de planeación, desarrollo y revisión, -si es posible considerar una cierta tolerancia de tiempo extra, mas vale entregar a tiempo- ahora que si estás dispuesto a correr riesgos y comprometerte en un trabajo urgente y posiblemente barato, asegúrate de informar al cliente posibles resultados inesperados tanto en desarrollo como en producción por cuestiones técnicas.

En Resumen:

Una visión amplia de todas las etapa que engloba este proceso, será garantía para reducir o erradicar el error y así lograr el estándar de calidad deseado.

Una buena, clara y concisa comunicación entre cliente y diseñador, será el mejor conductor que indique el camino que tomará el producto para llegar a un fin en común.

Claro que existen los momentos de emergencia, en los que el cliente está consciente de cualquier defecto en cualquier fase del proceso, pero como comente sólo aplica a situaciones extremas.

Recordemos que la impresión offset contempla generalmente los millares, cientos o millones en tiraje, pero dudo demasiado que un tiraje de un millón sea considerado a la ligera, como para no contemplar los procesos naturales de producción que engloba cada etapa de la impresión.

¿Tú que opinas? no olvides dejar tu comentario.